Darayus Sethna, Periodista por NordoniaHills.News
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El primero de febrero de 2009, los Pittsburgh Steelers hicieron historia. Ellos ganaron su segundo campeonato en cuatro años. Con una victoria contra los Arizona Cardinals, los jugadores de Pittsburgh demostraron que estaban preparados para cualquier desafío en su camino. Aunque este equipo estaba lleno de talento, había un jugador que tenía una historia muy inspiradora y un viaje motivador. Se llamaba Hines Ward.
Hines Ward nació el ocho de marzo de 1976 en Seúl, la capital de Corea del Sur. Tenía un padre estadounidense, Hines Ward Sr., y una madre coreana del sur. Cuando era niño, Ward Sr. y su familia iban a los Estados Unidos. Su padre fue enviado a una base de las fuerzas armadas cerca de Atlanta. Se presentó más trabajo en Alemania y esto significó que tendría que dejar a su esposa e hijo solos en un país nuevo. Cuando volvió, Ward Sr. trasladó a su hijo a Louisiana para quedarse con su abuela paterna. Porque su madre no podía hablar inglés bien o apoyar a su hijo, los tribunales la consideró no apta para criar a su hijo. Pero con perseverancia y un espíritu trabajador, ella se reunió con su hijo en 1983 en Georgia.
Por su carrera atlética, Ward asistió el colegio de Forest Park, donde floreció en un atleta prometedor. Anotó un total de 38 tantos y recibió los premios del condado de Clayton por dos años consecutivos. Cuando decidió continuar su educación en universidad de Georgia en 1994, el éxito seguía viniendo. En 1997, Ward tenía seis tantos y fue el segundo mejor receptor de todos los tiempos en la historia del programa de fútbol de la escuela. Estaba claro que este joven talentoso estaba listo para participar en las ligas profesionales.
En la selección de la NFL de 1998, los Pittsburgh Steelers seleccionaron a Ward, y para 2006, el equipo comenzaba a convertirse en un contendiente para campeonato. Con un total de once victorias, los Steelers participaron en el Super Bowl contra los Seattle Seahawks. En el partido, Ward atrapó cinco pases y anotó un tanto para ayudar a los Steelers a llegar a la victoria. El marcador final era 21-10. Ward ganó el premio al jugador más valioso del juego, y tenía un futuro que parecía tan brillante como cualquiera pudiera imaginar.
Después de ganar otro trofeo de la NFL en 2009, Ward se retiró del fútbol americano en 2012. Pero su legado y viaje es un cuento que todos los inmigrantes y atletas pueden usar como inspiración a encontrar el éxito, incluso en las circunstancias más inesperadas.