Darayus Sethna, Periodista por NordoniaHills.News
© 2020
Si alguien dice que es fácil entrar a la WNBA, Adut Bulgak puede tener un problema contigo. Con su viaje de perseverancia y compasión, el cuento de Bulgak es un de “tragedia a triunfo.”
Adut Bulgak nació el veinte de diciembre de 1992 en Kakuma, Kenia. Ella nació como refugiada de Sudán del Sur. En 1999, Bulgak y su familia se reubicaron a Canadá (en la ciudad de Edmonton). Cuando era niña, Bulgak siempre estuvo involucrada con los deportes. Sus dos favoritas eran el vóleibol y básquetbol. Ella asistía al colegio de Archbishop O’leary en Edmonton. Su entrenador de básquetbol, Ron Kutney, dijo que estaba más impresionado con su fortaleza mental que con sus habilidades físicas. ¿Por qué?
El quince de mayo de 2007, el hermano mayor de Bulgak, Deng, fue encontrado muerto en el patio interior de la casa de la familia. Había sido asesinado y sólo tenía veintitrés años. Dos años más tarde, el catorce de septiembre de 2009, otro de sus hermanos mayores, Bul Bulgak, murió en un accidente automovilístico. Durante estos momentos desagradables, Bulgak recuerda cómo ella se sumergió aún más en los deportes. Comenzó a recibir becas para escuelas en Canadá y Estados Unidos. Cuando se graduó del colegio, era una prometedora perspectiva de básquetbol.
Después de pasar con una universidad en Athens, Texas, Bulgak recibió otra beca para asistir la Universidad de Florida State. En dos años, encontró mucho éxito con su escuela nueva. Durante su último año, ganó la jugadora de la semana en su división (en noviembre de 2015). Cuando se graduó en la universidad de Florida State, Bulgak también recibió las licenciaturas de Sociología y Criminología. Ella era la primera persona en su familia en graduarse de una universidad.
En las selecciones de la WNBA de 2016, Bulgak fue seleccionada con duodécima selección en elLiberty de Nueva York. Después de jugar por un año en Nueva York, firmó un contrato con el Chicago Sky. No hace falta decir que el cuento de Adut Bulgak tiene la capacidad de inspirar a cualquiera, incluso en los momentos más oscuros, a brillar.