Darayus Sethna, Periodista por NordoniaHills.News
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A pesar de que ella no es la jugadora más popular en el equipo de Canadá, Lindsay Agnew es, ciertamente, una perspectiva brillante para el futuro. Agnew nació el treinta y uno de marzo de 1995 en Kingston, Canadá. Su padre y hermano mayor eran grandes aficionados al hockey, pero ella tenía interés por jugar los deportes no tradicionales del país. Por ejemplo, Agnew participaba en los equipos de básquetbol, atletismo, gimnasio, patinaje artístico, y la equitación.
En 2001, Agnew y su familia se movieron a la ciudad de Syracuse, Nueva York. Cinco años después, se cambiaron de nuevo, esta vez a la ciudad de Columbus, Ohio. Agnew asistía el colegio de Dublin Jerome, donde sus habilidades atléticas realmente comenzarán a brillar. Participó en el equipo senior durante su primer año, y encontró más éxito cuando al recibir los reconocimientos deportivos de Ohio y ESPN. También representaría a su país natal de Canadá a una edad joven. En 2012, Agnew participó en la copa mundial de los menores de 17 (U-17) en Azerbaiyán y ganó una medalla de plata para Canadá en las competiciones de CONCACAF el mismo año.
En 2013, Agnew comenzó su carrera con el fútbol a la Universidad de Ohio State. En su tercer año, ya era la capitana asistente del equipo, y estuvo en la alineación titular en sus 23 partidos. En general, Agnew jugó en 72 partidos y anotó un total de 18 goles. A las selecciones de la liga nacional de fútbol de las mujeres (NWSL), Agnew era la decimonovena selección, y jugaría por el Washington Spirit. Luego pasó tiempo con otros equipos, como el Houston Dash, Sydney FC en Australia, y firmó un contrato con el North Carolina Courage en junio de 2019.
El cuento de Lindsay Agnew demuestra que la coherencia es un componente crítico para el éxito. Sin este rasgo vital, solo vale la pena soñar. Hará o romperá su objetivo.